Algunas tardes conquisté las mejillas violetas de tu dolor
Descalza hasta la fiebre, recogía el desengaño de tus huesos aturdidos.
No decías nada. Te limitabas al reflejo del mañana censurando las caricias del invierno como una piel gigante.
Nunca supe escribir. Cartas violentas. Hojas secas. Esperando las 12 en la fiesta de la vida. Algunas tardes me perdía. Viéndote naufragar en el álbum de fotos de mi risa. Cruel.
Dolor. Sietemesino. Promesa ectópica. Éramos angostos. Mellizos.

Algunas tardes que nunca existieron. Prisa. Brisa. Me enamoré de la playa de tu dolor en tercer grado. Desnuda hasta los labios. Pronunciando nombres de árboles.
Nunca supe volver. Con primaveras en los bolsillos. A tu sofá de tul.

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