Horas de ocio suspendidas
En el hocico ámbar de tu ciudad
De bastas rotas
Viajando con la simpleza
Del primer sorbo de café
Por el mágico laberinto de
Tu cuerpo en espiral
Perdías el control de mis ojos balcón
Suspendiéndote en
El roció del alba
Queriéndote mal
Maldiciendo el horizonte
Caoba
Del silencio condensado
Que fue aborto
Y fue estrella
Así
De piernas cruzadas
Con legañas en el alma
Para siempres dormidos
En verbos impares
No más de venida
No más a tu vera.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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