Mañana


Hoy volví. Y olvidé advertirnos. Desaparecidos. Olvidados como la espuma del verano del 98. Ingrávidos y atrevidos. Capaces de todo. Acróbatas. Abrí el periódico. En él tú. Como un titular atrincherado y corrosivo. Te quise menos. Sin querer. Algo te desdibuja. Pierdes relieve. A mí. Encanto. Virtud. Te sostengo en microscópicos intentos de hiel. Y reconozco un mejor final. Ya no acelero. Tampoco cruzo veredas. Importa menos que ayer. Bebo un vaso. Dos. Sé que son las doce en algún reloj del mundo. ´Miro la hora en el reloj de pulsera de un extraño. Un ser anónimo. Sin género. Sin rostro. Sólo una muñeca. Bellos ralos y castaños. Alfombra de avena. Otoño en la mirada´.

Hoy llueve. Llueves. Accidente natural. Naturalmente azul. Mojas menos. Lo necesario para volverte a tamaño natural. Verte pasar y entender la insignificancia de tus gestos. Llevas un precio en la memoria. Y en la piel. Muletas en el corazón. Burlas el recuerdo. Yo burlo la ecuación en que te quise. Amorfo producto de variables imposibles. Casi insondables.

Hoy llueve. Te mojas con tu propia lluvia. Mañana sabrás. Del barro en los pies. La frente ajada. De no saber volver. Del conjuro pésimo de una especia que no desaparece. Del silencio.

También me fui. Desordenando el calendario. Despeinándole el telón a tu mirada seca. Compré dos boletos de avión. Destinos distintos. No ocupé asiento alguno. Y olvidé advertirnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario