Fruto del amor entre mi piel y tus noches; también del insomnio y del café. De los desencuentros con la niñez y unas cuantas ausencias. Producto de la fiebre y el dolor articular por el que pende la vida en la adultez. Me habita tanto como yo habito en él. Aunque lo cierto es que a veces somos como un montón de extraños merodeando pasillos de un hospital. Hace las veces de espejo y de bruja. Hago las veces de andamio.
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a veces uno puede ser (y al mismo tiempo) globo aerostático y cable a tierra.
ResponderEliminarBrisa que despeina. Ese que sin ser frio le eriza la piel.
ResponderEliminarque erice y calme. por favor.
ResponderEliminarvuelvo a lima, temo.