Once

Cuando te vi
Ya para entonces
Habitabas en mis huesos
En mi boca ajada
Como una luz deformándose
En la memoria

Ya te quería
Con saltitos edulcorados
En la piel
Ganas desmesuradas de llevarte para siempre
En los agujeros que va dejando la lluvia
A veces me advertías
Y también rompías a llorar

Tanta flor
Tanto verano
Tantas piernas descruzándose
Y altamar
Para soñar, para volver a vivir.

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